celiacos

Que conste que lo escribo desde el cariño, que no quiero ofender a nadie ni generalizar, solo despertar alguna sonrisa. No todo me ha pasado a mí, pero algunas cosas me las han contado o las he leído tantas veces que es como si las hubiera vivido 🙂

¿Tienes cerca a alguien que se comporta de manera extraña cuando tiene cerca la comida? Posiblemente es celíaco. Por no pasar hambre sacamos todas nuestras armas y dejamos la vergüenza de lado. ¿No lo entiendes? Yo te lo explico.

¿QUÉ ES LA CELIAQUÍA?

Tenías un amigo, pareja o familiar que se encontraba mal y de golpe parece que ha revivido como el ave Fénix. Ha sacado la fuerza de no se sabe dónde y te pregunta: “¿Tú sabes lo que es la celiaquía? No lo sabes seguro, has oído que algo relacionado con el gluten, que tampoco sabes exactamente. A la que tengas a alguien cerca que es celíaco vas a hacer un máster en 5 horas con examen de 100 preguntas, no recuperable en Septiembre.

¿QUÉ HACE UN CELÍACO EN EL SÚPERMERCADO?

Pues pasearse horas y horas leyendo etiquetas. No estamos mirando si la marca sortea algo, tan solo queremos saber si ese producto es SIN GLUTEN o no. A veces parece que nos hayan implantado un chip para encontrar esos logos minúsculos con la espiga barrada. ¡Ah! y frecuentamos otros supermercados además del Mercadona, no vivimos allí dentro aunque algunos lo creen.

VERGÜENZA AJENA

Llegas a un restaurante o bar y ves que quién te acompaña se pone a preguntar: “¿Tenéis algo sin gluten?´”. Si les contestan que sí se pone contento, si le dicen que no y encima le sacan algo sospechoso de estar contaminado con gluten ya se ha liado. Y tú que ibas a comer tranquilamente quieres esconderte debajo de la mesa y desaparecer.

EL VOCABULARIO DEL CELÍACO

Estar con un celíaco al lado es aprender nuevas palabras, que él/ella dice como si formaran parte de su vida pero tú no tienes demasiada idea y te quedas con cara de “de-que-está-hablando”. Va soltando palabras como: biopsia, endoscopia, gastroscopia, anemia ferropénica, goma guar, goma xantana, psyllium, quinoa, etc., etc.; como aquel que toda la vida ha estado hablando de eso.

LA DESPENSA DEL CELÍACO

Un día llegas a su casa y ves que sus preferencias han cambiado, en cualquier armario tiene guardada comida sin gluten, parece que está a la espera que venga una guerra nuclear y tenga miedo a quedarse sin nada qué comer. Y empieza a sacarte galletas y harinas que tú no habías visto en tu vida. Y no deja de repetir: “está bueno, no noto la diferencia”. Lo pruebas tú y estás a punto de escupir pero no lo haces. Pobre tiene que creerse su propia mentira 🙂

LAS VACACIONES CON UN CELÍACO

Ya no se pueden mirar páginas de ofertas para salir en el último minuto. Cada viaje o salida debe organizarse al milímetro. Tiene una pizarra en su casa con toda la ruta y organización que muchas agencias quisieran. Y se ha preparado por si acaso otra maleta con comida. Y una vez en vuestro destino si algún plan sale mal tiene que reestructurarse todo y vuelta a empezar, como si de una gincana se tratara.

COMISIONES

Aunque algunos lo creen no tenemos ninguna comisión de la SS ni de las farmacéuticas por cada celíaco que descubramos en nuestro día a día. Solo informamos. La mayoría lo pasamos tan mal antes del diagnóstico y durante el deambular por distintas especialidades médicas, que nos gustaría que alguien que pueda serlo se evite el ir y venir y llegar antes a la meta. A la que vemos a alguien con muchos síntomas asociados a la celiaquía nos tiramos al cuello: “¿Te has hecho las pruebas? ¿No? Pues deberías”. (Os cuento un secreto también soñamos con un mundo SIN GLUTEN, si un día todo el mundo lo fuera para nosotros todo sería más fácil). Y no es ninguna locura hay un tanto por ciento de celíacos aún por diagnosticar, tú que lees esto y tienes síntomas, ¿te lo has mirado?).

¿POR QUÉ VAMOS CONTANDO POR AHÍ QUE LO SOMOS?

Pues por seguridad a la hora de comer y por qué no tenemos nada de qué avergonzarnos. También es que queremos tomárnoslo con humor que suficientemente duro es en algunos momentos. Pasar hambre, ¡es duro!

MALAS CARAS

¿Por qué a veces al estar con un celíaco notas que te ponen mala cara en plan que le salen los instintos asesinos? Los motivos pueden ser varios, no nos lo tengas en cuenta en el fondo no lo hacemos con mala intención 🙂

  • Has pasado por encima de nuestro plato tu rebanada de pan. (Las migas nos pueden contaminar, ¡ve con cuidado!
  • Nos has dicho en un día malo que tenemos mucha ansiedad por lo que ya no podemos: pues no hay para tanto… Pues hay días que sí que lo es, si no lee >> aquí.
  • Has pronunciado la famosa frase: en el Mercadona cada día hay más cosas, en todas partes cada día hay más cosas, etc. Sí ya lo sabemos, pero aún no está el tema suficientemente controlado para que podamos llevar una vida normal.
  • Nos has pasado por delante de los morros algo que no podemos comer y encima con recochineo: “esto no puedes, ¿verdad? ¿Seguro que no? Por un poco quieres decir que pasa algo. Pues no se puede ni por un día ni por medio, el gluten nos hace daño.
  • No nos has invitado a tu fiesta o una cena y nos has dejado de lado por qué crees que hacer algo sin gluten es un engorro. ¿Te gustaría que a ti te lo hicieran? Pues a nosotros tampoco.

GRATITUD

Regalar algo SIN GLUTEN  a un celíaco a cocinar para él es equivalente a salvar la vida. Quién tiene a un amigo celíaco contento tiene un tesoro.

Si os toca uno cerca no tengáis miedo, pese a todo somos buena gente 🙂