Todos los os pasáis por aquí ya sabéis lo que es la celiaquía y si no en internet hay muchísima información. Hoy celebramos nuestro día, que más que celebrar es una manera de aprovechar para recordar que estamos aquí y que necesitamos ayuda en muchas cosas, que la vida no es fácil siendo celíaco.

Os voy a contar algunas de las cosas de las que estoy harta a día de hoy por ser celiaca, y algunas se pueden solucionar con un poco de ganas por parte de médicos, restaurantes, empresas, amigos y familiares.

Estoy harta de:

  • Que los médicos muchas veces no se enteren de lo que nos pasa, que alguien con carrera sea capaz de preguntar mientras está recetando un medicamento: “¿Tu maíz puedes comer? Entre otras miles de tonterías como: yo este tema no lo controlo.
  • Que la gente nos diga, menos mal que en el Mercadona tenéis de todo a precios razonables. (Mentira, no tenemos de todo ni varias marcas dónde elegir, y tenemos que pasarnos el día mirando etiquetas por qué nos cambian cosas, etc. Ah! Y no todo lo que venden en el Mercadona es sin gluten).
  • Que cuando vamos a comprar nuestros productos específicos sin gluten como harina por ejemplo, parezca que estemos en el mercado de productos exóticos dónde todo está a precio de caviar.
  • Que cuando vamos a casa de alguien a comer nos miren con pena, o que a veces nos digan es que no comes nada y otras pasen de nosotros y nadie se preocupe de si tenemos que llevar la comida encima para poder comer tranquilos.
  • Que salir a comer fuera sea un rollo patatero cada vez más. Que no podamos casi nunca sentarnos en un restaurante con total naturalidad y hablar de cosas que no sean la comida, que el pan está helado, que no nos contaminen o que nos has quitado bocadillos (como ya os contaré que ha pasado en el VIENA).

No todo es negativo, también quiero dar las gracias a las personas que nos hacen fácil algunas cosas, que también las hay. Pero llevo muchos días sintiendo que el entorno no nos ayuda para que nos podamos sentir “normales” y necesitaba contarlo.