RETO COMER SIN GLUTEN

Hace unos años cuando me diagnosticaron la celiaquía tuve que adaptarme a comer SIN GLUTEN y todo lo que conlleva.

Lo que me pareció algo fácil a simple vista, se fue complicando al salir de casa y al tener que ir a eventos en los que algunos amigos o familiares no conocían la dieta sin gluten ni como cocinar con seguridad para mí evitando la contaminación cruzada.

En el mes de mayo de cada año reivindicamos muchas cosas, por lo que me gustaría repetir la experiencia de hace años: que varias personas no celíacas puedan vivir por unos días como un celíaco. A continuación os dejo las experiencias de varias personas, de este año 2022 y del año 2019.

DEIXYS

Deixys, vive en Barcelona y tiene una hija de 8 años diagnosticada de celiaquía. Durante una semana quiso participar en la experiencia de comer SIN GLUTEN (aunque ella al final lo hizo durante quince días).

Deixys nos cuenta su experiencia:

Mis 15 días sin gluten.

Cuando te toca tan de cerca cambiar de hábitos alimenticios, al inicio cuesta, estás confundido, no sabes que hacer. Pero como somos animales de costumbres, poco a poco lo vamos logrando y al cabo de 6 meses cuando toca la primera analítica, luego del diagnóstico y observas que los niveles han bajado casi a lo mínimo, te entra una gran satisfacción.

Han sido 15 días ya que la primera semana sin querer cometí una infracción, ha entrado en mi boca gluten y al darme cuenta como una loca lo expulsé como si fuese veneno.

Los desayunos han sido en su mayoría, huevos revueltos con rebanadas de pan, papaya y yogurt, bocadillo de queso y pavo, arepas dulces, arepas normales, y café. A media mañana algo de fruta o yogurt.

Los almuerzos han sido algo de pollo o carne acompañados de vegetales o ensaladas, caldo y una pieza de fruta. A media tarde yogurt, fruta o galletas y café.

Las cenas pizzas, perrito caliente, arepas, bocadillos, tacos de huevos con chorizo.

¿Te ha costado seguir la dieta? ¿En qué momento o momentos más?

No es que me haya costado hacer la dieta, lo que pasa es que para mí es un placer comer y es un cambio de alimentación ya que si bien mi hija sabe lo que le gusta, mi abanico de alimentación es más amplio, pero intenté prepararme comprando en mayor cantidad los alimentos ya que no era una celíaca, sino dos.

Ahora bien, algo de ansiedad me dio ya que hay una gran diferencia en algunos productos como el pan y algún tipo de bollería, al existir tantas panaderías por el círculo donde me muevo se me iban los ojos al ver algunos dulces.

¿Te ha ayudado alguien a saber qué cosas poder comer sin gluten?

No estoy inscrita en ninguna asociación, me apoyo en los grupos de Facebook, en los blog de comida sin gluten y, al ser latina, mucha de nuestras comidas son a base de maíz o de arroz y se hace mucho más fácil el cocinar.

¿Qué te ha llamado más la atención al tener que comer sin gluten?

No es que me llame algo la atención, es CONFIRMAR la ignorancia e indiferencia en este tema, no solo de la gente común, sino en el ámbito sanitario, que ellos te digan que no pasa nada si comes trazas, o que te digan por qué haces una dieta sin gluten sino eres celíaca. Duele ver que lo que se ha logrado en el tema de la celiaquía en su gran mayoría es porque la gente que lo padece se ha puesto las pilas para dar mayor visibilidad a esta enfermedad.

¿Qué crees que debería cambiar si tuvieras que continuar comiendo sin gluten?

Considero que se han logrado muchas cosas en los últimos años, pero aún falta mucho camino por recorrer, el etiquetado en los productos es indispensable, recordemos que no solo son adultos los que padecen esta enfermedad, hay niños. Obviamente los precios de los productos son muy elevados y en una gran mayoría de los casos el valor/calidad del producto no lo vale. El porcentaje de restaurantes que ofrecen comida sin gluten es mínimo y, por último y muy importante, es que la información acerca de lo que es la enfermedad, solo los celíacos saben todo lo que han pasado y como se han sentido al comer gluten.

¿Crees que ahora verás las cosas diferentes y podrás ayudar más a esa persona cercana que come sin gluten?

Por supuesto, ahora sé porque mi hija me deja siempre la mitad del bocadillo, no es lo mismo comerlo acabado de tostar que cuando se enfría (te rasca la garganta), ahora estoy más concienciada a aceptar esos “no quiero”, buscaremos más variedad en las comidas, si antes hacíamos algunas comidas familiares sin gluten, ahora haremos muchas más.

¡Gracias Deixys por participar y contar tu experiencia sin gluten!

CRISTINA

Cristina, tiene 22 años, vive en Ibiza y es Técnica Informática. Su madre está diagnosticada de celiaquía desde hace un año. Durante una semana quiso participar en la experiencia de comer SIN GLUTEN.

Cristina nos cuenta su experiencia:

¿Qué te ha motivado a aceptar el reto de comer una semana sin gluten?

Nunca me había planteado una dieta sin gluten hasta que le diagnosticaron celiaquía a mi madre hace un año. Desde entonces no he dejado de comer gluten, pero sí que intento reducirlo en la medida de lo posible y mido más el gluten que consumo cada día. Lo que me motivó a aceptar este reto fue que no sé con certeza si por genética en el futuro podría desarrollar celiaquía. Así que me quise probar a mí misma, viendo si sería capaz de seguir está dieta una semana y cómo afectaría a mi estado de ánimo.

DÍA 1: Cuando me desperté por la mañana sabía que empezaba mi semana sin gluten y la verdad es que estaba contenta y motivada, las dificultades empezaron en cuanto tuve que pensar un desayuno sin gluten. Había oído que lo más duro para los celíacos era la poca elección a la hora de desayunar ya que la gran mayoría de las cosas que desayunamos llevan gluten. Al final acabé desayunando un vaso de leche y un zumo y como la semana anterior no me había preparado la despensa lo suficiente no pude llevarme nada sólido al estómago.

La hora de la comida no fue tan dura, prácticamente no me di cuenta de que comía sin gluten excepto por el pan (es increíblemente difícil encontrar un pan de barra que sepa medianamente bien sin gluten y a un precio asequible).

La hora de la cena fue parecida a la de la comida, excepto por que nunca me había parado a pensar que las salchichas de carnicería podían llevar gluten (La gente tiende a pensar que solo las cosas que contienen trigo llevan gluten). Al final del día me sentí contenta al fin y al cabo todos los alimentos que no puedes tomar los acabas sustituyendo por otros que son más beneficiosos para tu salud como fruta, verduras o legumbres.

DÍA 2: Hoy ha resultado más fácil. Ayer compré unas galletas de chocolate sin gluten y ese ha sido mi desayuno con un vaso leche. La verdad que echaba de menos llevarme algo dulce a la boca que no fuera fruta. La comida estuvo bien, no note mucho comer sin gluten excepto por segundo día consecutivo el pan… Bendita barra de pan. Según que plato comas lo echas más o menos en falta, pero a mí personalmente es de lo que más me cuesta prescindir. La cena tampoco estuvo mal del todo, ya que al no poder usar nada con gluten en mi cocina, te dejas llevar por la imaginación y acabas por cocinar recetas nuevas y sorprendentemente buenas. Mañana probaré a hacer unas bolitas de pan de queso que me recomendó mi madre que se hacen con harina de yuca amarga. Si salen buenas os paso la receta 🙂

DÍA 3: Ya me voy apañando con los desayunos y después de 2 días ya no me resulta tan complicado. La comida ayer sí que fue un poco más dura ya que salimos a comer por ahí con unos amigos y la gran mayoría de platos llevaban gluten. Al final me decanté por una dorada al horno… pero no pude probar ninguno de los postres que había en la carta. La cena normal, al comer en la intimidad de tu casa la tentación no es tan grande.

DÍA 4: Hoy ha sido un día fácil, apenas he notado que estaba haciendo una dieta. He probado a hacer la receta de pan de queso y la verdad es que ha sido todo un acierto. Buscando una solución para el pan apenas noto las limitaciones de la dieta sin gluten.

DÍA 5: Mi bolsillo empieza a notar los altos precios de los alimentos sin gluten, 3.50 euros un paquete de galletas (En el que vienen 12 galletas contadas). Si hiciera esta dieta indefinidamente no sé si podría permitirme comprar productos sin gluten como norma general. Tendría que elaborarlos yo con harina sin gluten, ya que de esa manera sale más económico.

DÍA 6: El fin de semana siempre es más difícil hacer dieta de cualquier tipo. Además salir a comer por ahí cada vez lo encuentro más difícil, no todos los restaurantes están preparados para que pueda comer un celíaco y al final acabas por pedir siempre lo mismo y renegar del postre.

DÍA 7: ¡Por fin domingo! Hoy me lo estoy tomando con otra filosofía porque es mi último día, pero reconozco que si tuviera que seguir con esta dieta indefinidamente no me tocaría más que resignarme. Ser celíaco es duro, y no estaría de más que el gobierno ofreciera algún tipo de ayuda económica a la gente con esta patología para que pudieran al menos costearse alimentos sin gluten para no sentirse tan limitados.

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¿Te ha costado seguir la dieta? ¿En qué momento o momentos más?

No mucho, excepto por los “momentos dulces” (merienda y desayuno) y alguna que otra vez que acompañaba a mi pareja a la panadería y solo el olor ya te pide que lo comas.

¿Te ha ayudado alguien a saber qué cosas poder comer o no?

Siempre que tenía alguna duda llamaba a mi madre o miraba en internet, aunque me las he arreglado bien ya que me interesa mucho el tema de la nutrición.

¿Qué te ha llamado más la atención al tener que comer sin gluten?

Que tienes que estar mucho más pendiente de planear bien tus comidas, ya que no te sirve cualquier cosa. La cantidad de alimentos que podría haber comido si no fuera por el proceso de elaboración y la contaminación cruzada (Patés, salchichas, embutidos…). Las empresas de alimentación deberían concienciarse. Si tuvieran más cuidado en la elaboración y, sustituyen los productos que usan con gluten por otros sin, ganarían a un montón de clientela que ahora mismo no pueden consumir sus productos.

¿Qué crees que debería cambiar si tuvieras que continuar comiendo sin gluten?

A nivel personal me compraría una panificadora para poder elaborar mi pan, y a nivel general tendrían que cambiar muchas cosas. Al menos para igualarnos a nuestros vecinos europeos que están mucho más concienciados en este tema.

¿Crees que ahora verás las cosas diferentes y podrás ayudar más a esa persona cercana que come sin gluten?

Por supuesto, siempre que puedo y siempre que estoy con ella comemos en su mayoría sin gluten y siempre buscamos la mejor opción para que ella esté cómoda (como ir a un restaurante que sirvan menús sin gluten).

¡Gracias Cristina por participar y contar tu semana sin gluten!

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GABRIEL

Gabriel, tiene 40 años, vive en Valls y es Ingeniero Informático. Tiene una hija celíaca de 7 años. Durante una semana quiso participar en la experiencia de comer SIN GLUTEN.

Gabriel nos cuenta su experiencia:

Mi caso es un caso algo particular. Desde que le diagnosticaron la celiaquía a mi hija, en casa prácticamente no entra nada con gluten, para evitar contaminaciones, pues con mi mujer en su momento pensamos que era lo mejor, porque siempre hay algún pequeño riesgo a que alguno cometamos un error y contaminemos. Esa es la opción más fácil, aunque eso sí, nada económica (sobre todo para algunos productos como el pan o la pasta), pero mientras podamos mi mujer y yo seguiremos haciéndolo así* (*=nota al pié).

Digo esto para que entendáis que mi semana sin gluten, realmente, ha sido algo diferente a la mayoría, pues yo ya acostumbro a comer sin gluten, y por lo tanto a mí no me ha supuesto teóricamente hacer un sobreesfuerzo, pues a pesar de no ser celíaco llevo una dieta prácticamente al 100% sin gluten siempre.

Tengo que admitir que alguna vez pienso, cuando como un pan que se rompe, o un pan que veo que no es tan bueno, que me gustaría comer pan con gluten, pero después pienso que lo que estamos haciendo es por una buena causa y sigo comiendo sin gluten tan feliz. Además, por suerte, hoy en día hay panes sin gluten muy logrados (aunque eso sí, nunca son iguales a los panes con gluten).

También pienso muchas veces lo caros que son muchos de los alimentos sin gluten (pan, pasta, etc.) y que ahorraríamos mucho si solamente compráramos sin gluten para mi hija mayor, pero estoy seguro de que entonces, algún día cometeríamos algún pequeño error y algún día mi hija comería algún plato con trazas de gluten. Tengo que decir que mi pediatra alucina cuando ve las analíticas de control de mi hija. Medio en broma dice que las enmarcará, que son de record guiness, lo que indica que, a nivel de su salud, parece que estamos haciendo las cosas muy bien.

Personalmente tengo que admitir que me es fácil llevar una dieta sin gluten porque como en casa. En realidad, cuando me salto la dieta sin gluten es cuando como fuera de casa. Yo puedo saltármela sin problemas, porque no soy celíaco, pero pienso en lo difícil que lo tendrá mi hija si no intentamos mejorar entre todos el tema de la restauración sin gluten. Por suerte, cada vez más es un tema más conocido, y las asociaciones de celíacos están luchando para mejorar más este aspecto, pero hay que decir que hay todavía muchísimo trabajo en este campo, pues un estudio que leí indica que solamente un 3% de los restaurantes ofrecen menús sin gluten con garantías.

Sobre el tema del experimento de la semana sin gluten, tengo que admitir que, a pesar de haber hecho todas las comidas de toda la semana sin gluten (como siempre, vamos), sí que me he saltado la dieta un par de veces: una de las veces cuando un conocido en un club donde voy (club de ajedrez, no penséis mal), me ofreció un caramelo de regaliz. Me lo zampé sin pensar. Luego pensé, huy, si seguramente tiene gluten, ¡ya me he saltado la dieta! Y pensé en la suerte que tenemos los que no somos celíacos y no tenemos que mirar siempre qué comemos y qué no. Otra vez, también fuera de casa, cuando me comí unos bombones que me ofrecieron, que también era con gluten.

En definitiva, hacer dieta sin gluten en casa es fácil (pero no económico), pero hacerla fuera no lo es tanto. El experimento creo que ha sido positivo para darnos cuenta de que en algunas situaciones ser celíaco puede no ser tan fácil.

(inicio de la nota al pié): Al principio esto era así (realmente no entraba nada con gluten en casa), sin embargo, al nacer nuestra segunda hija y tener que introducirle el gluten, lo que hicimos fue lo contrario a lo que la mayoría de la gente hace: tener bien aislados los alimentos que contienen gluten, y tener con toda normalidad los que son sin gluten. Esto se lo comentamos a nuestra pediatra que está muy familiarizada con el tema “sin gluten” por tener gente cercana que también es celíaca. Nos comentó que realmente como lo hacemos es muy correcto, pues lo que contamina es el gluten, y es el gluten lo que teóricamente se tendría que aislar.  También decir que preferimos gastarnos el dinero en una comida saludable que en otras cosas. (fin de la nota al pié).

¡Gracias Gabriel por participar y contar tu semana sin gluten!

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MERCEDES

Mercedes tiene 67, vive en la provincia de Tarragona, es jubilada y es abuela de un nieto de 3 años muy guapo. Tiene una hija diagnosticada de celiaquía desde hace más de 6 años (y que le pega mucho el rollo con el tema de la celiaquía, contaminación, etc.).

Mercedes nos cuenta su experiencia en su semana sin gluten:

Normalmente como muy natural y con pocos alimentos envasados. Tengo diabetes tipo B y tomo varias pastillas (como era un poco difícil revisar toda la medicación, no lo tuve en cuenta a la hora de hacer esta semana sin gluten).

Por las mañanas suelo tomar entre otras cosas EKO (un preparado sustituto de café que lleva gluten), por lo que pasé a tomar la leche sola todos los días. He desayunado también yogur o cuajada. Y en los bares me he acostumbrado a no pedir café por si llevaba gluten y lo sustituía por una infusión.

Lo que más he echado de menos es el pan, me comí unos panes congelados que dejó mi hija en el congelador. Me han parecido muy buenos. Como muchas veces pan sin gluten cuando me hija viene a casa y lo prepara ella.

El séptimo día de dieta decidí 6 no hacerlo porque creía que ya había cumplido muchos días y echaba de menos el pan.

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¿Te ha costado seguir la dieta? ¿En qué momento o momentos más?

En general no se me ha hecho pesado porque sé cocinar y ya sabía cosas qué podía comer y no. El viernes es el día que voy a desayunar con unas amigas. Antes había ido a la doctora por revisión e iba en ayunas. Por no quedarme en el bar sin comer tuve que subir a casa un momento para prepararme algo. Quizás si hubiera preguntado habría encontrado algo sin gluten en el bar dónde vamos.

¿Te ha ayudado alguien a saber qué cosas poder comer o no?

Ya lo sabía por mi hija cuando viene a casa. No pregunté nada porque ya sabía marcas sin gluten y sino miraba las etiquetas.

¿Qué te ha llamado más la atención al tener que comer sin gluten?

La fuerza de voluntad que tiene la gente que tiene que comer sin gluten. Los precios de todos los productos, de la pasta por ejemplo.

¿Qué crees que debería cambiar si tuvieras que continuar comiendo sin gluten?

Cuidar el tema de contaminación cruzada. Separar las cosas sin gluten en la cocina y comprar nuevas cosas.

¿Crees que ahora verás las cosas diferentes y podrás ayudar más a esa persona cercana que come sin gluten?

Ya estaba concienciada pero he visto más limitaciones a la hora de comer. Sobre todo al salir, es muy cómodo no tener que pensar y poder ir a cualquier parte. Y la confianza y seguridad que hay que tener para comer las cosas que preparan los otros.

¡Gracias Mercedes por participar y contar tu semana sin gluten!

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LAURA

Laura B., tiene 44 años, vive en Barcelona y es administrativa. No tiene a nadie conocido que sea celíaco, pero acepta el reto de comer sin gluten durante una semana. Por varios motivos conoce la dieta.

Laura nos cuenta su experiencia:

DÍA 1: ¡Superado! Aunque a media mañana me habría comido un buen bocadillo… El pan que como es de trigo sarraceno y harina de arroz con levadura ecológica sin gluten hecho en casa…. No es lo mismo 

DÍA 2: Sigo con fuerza mental. Es una semana de cambios: dieta, cambio de horario laboral, propósito de ir al gimnasio mínimo tres veces a la semana…

DÍA 3: ¡Me siento con energía! Hoy he hecho para cenar lenguado y unos buñuelos de calabacín, substituyendo la harina “normal” por harina de arroz.

DÍA 4: –

DÍA 5: – Superado.

DÍA 6: –

DÍA 7: –

Laura comenta que el fin de semana baja un poco la guardia porque tiene una celebración familiar y porque la siguiente semana tiene que seguir con su dieta. Y tiene la suerte de poder elegir, no como los celíacos.

¿Te ha costado seguir la dieta? ¿En qué momento o momentos más?

Sí, cómo no. Creo que todas las dietas son difíciles de seguir. No te sabría decir… son momento puntuales… un buen bocadillo, una buena cerveza fresca… También es cansado el momento de la compra, siempre leyendo etiquetas… hasta ahora no lo entendía cuando me lo explicaban.

En casa somos tres y seguir una dieta sin gluten es complicado porque tienes que pensar bien las comidas.

¿Te ha ayudado alguien a saber qué cosas poder comer o no?

Sí. Como ya te expliqué por correo electrónico, la dieta que sigo está supervisada por un profesional, aunque no siempre lo tienes contigo.

¿Qué te ha llamado más la atención al tener que comer sin gluten?

Que debes leer las etiquetas de todos los productos que tienes que comprar en el supermercado.

¿Qué crees que debería cambiar si tuvieras que continuar comiendo sin gluten?

La mentalización es fundamental. También hay que cambiar de supermercado… jijijjiiiiii.

También tendría que revisar los blogs de cocina que sigo y añadir algunos más que se dedican a cocinar sin gluten y a difundir buena información al respecto.

¿Crees que ahora verás las cosas diferentes y podrás ayudar más a esa persona cercana que come sin gluten?

Por ahora no conozco a nadie. Pero, por supuesto, que la visión es otra y me ofrecería a ayudar en todo lo que pudiera.

También, quiero añadir que lo he tenido mucho más fácil que muchas otras personas, ya que mi horario laboral me permite comer todos los días en casa.

La valoración es muy positiva porque he tomado más conciencia de la suerte que tengo de gozar de una buena salud y sin alergias ni intolerancias alimentarias que me permiten comer lo que me apetece.

¡Gracias Laura por participar y contar tu semana sin gluten!

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MÓNICA

Mònica M. tiene 51 años, vive en Palma de Mallorca y trabaja como administrativa. Su pareja es celíaco. Durante una semana quiso participar en la experiencia de comer SIN GLUTEN.

Mònica nos cuenta su experiencia:

Ya como muchas cosas sin gluten, mi pareja es celíaca y este año me he propuesto comer yo sin gluten también en casa. He aprendido mucho del tema en estos últimos años y me he dado cuenta lo complicado que es, al salir a comer afuera, ir de vacaciones, etc. Me parece que hace falta una legislación más estricta en cuanto al etiquetado, y debería haber alguna ayuda/subsidio para los celíacos, ya que los productos son el doble de caros. Mi pareja es de Inglaterra y allí los celíacos reciben una “canasta” de productos, que recogen en la farmacia. (Parece que el gobierno está pensando en quitarles… ¿les suena?).

DÍA 1

  • Desayuno: café con leche desnatada – zumo de pomelo y naranja – müesli sin gluten (de Ikea, bastante caro…pero el que yo como normalmente también es caro, así que) con un poco de leche y medio yogur de soja de Mercadona sin gluten.
  • Almuerzo: arroz con pollo con cúrcuma (de Mercadona!) 2 mandarinas – té verde con mango (de Mercadona, of course!).
  • Cena: sándwich de pollo con pan de molde de Mercadona (qué seco!), tomate y queso.

DÍA 2

  • Desayuno: igual al día 1 – + 1 kiwi.
  • Almuerzo: arroz con pollo (es que sobró de ayer y me daba pena tirarlo!)
  • Merienda: 1 té con una rebanada de banana bread sin gluten casero!
  • Cena: sándwich de pollo (pan de Mercadona sin gluten), tomate y queso.

DÍA 3

  • Desayuno: igual al día 2
  • Almuerzo: ensalada Florette ligera (no le puse los croutons! 😉
  • Cena: sándwich de jamón, queso y tomate

DÍA 4

  • Desayuno: igual al día 2
  • Almuerzo: tortilla de patatas con cebolla y tomatitos cherry
  • Cena: pasta sin gluten con salsa de tomate

DÍA 5

  • Desayuno: igual al día 2
  • Almuerzo: tortilla de patatas con tomatitos cherry 2ª parte
  • Cena: sándwich de jamón, queso y tomate

DÍA 6

  • Desayuno: igual al día 2
  • Almuerzo: tostadas de maíz y arroz con pechuga de pavo y queso Havarti light.
  • Cena: aaaaaaahhhhhhhh, fuimos a una parrillita argentina, pedí que no trajeran el pan (esfuerzo grande, ya que viene calentito, recién horneado) y voy y me pido ¡¡una shandy!! Primer desliz de la semana, me sentí muy mal, pero no le iba a decir al camarero: “perdone, es que me equivoqué, lo que quería en realidad era una Coca Cola”! Cené asado de tira, entraña, ensalada y patata asada. No pedimos postre.

DÍA 7

  • Desayuno: café con leche, 2 tostadas de pan de Mercadona sin gluten con dulce de leche y zumo de pomelo y naranja
  • Almuerzo: chili con carne y arroz blanco, mandarinas
  • No cené este día, porque hice un banana bread y me comí dos rebanadas por la tarde con un té, así que por la noche no tenía apetito.

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¿Te ha costado seguir la dieta? ¿En qué momento o momentos más?

La verdad no me ha costado mucho, he tardado más en hacer la compra para el almuerzo (trabajo en una oficina 8 horas seguidas y tengo un Eroski y un Lidl al lado, generalmente salgo a comprarme algo para comer). También me ha costado en la oficina porque siempre hay alguien que tiene/ofrece galletas; y en dos ocasiones “casi” acepto.

¿Te ha ayudado alguien a saber qué cosas poder comer o no?

Teniendo a alguien en casa que es celíaco, no me hace falta mucha ayuda.

¿Qué te ha llamado más la atención al tener que comer sin gluten?

Lo poco que la gente sabe sobre el tema, me parece increíble que en la mayoría de los restaurantes, ni los cocineros ni los camareros tengan ni idea, me parece que debería ser obligatoria alguna capacitación en este tema.

¿Qué crees que debería cambiar si tuvieras que continuar comiendo sin gluten?

No mucho, la pasta sin gluten me gusta tanto o más que la con gluten. No soy una gran comedora de pan, y el de Mercadona me gusta bastante, para las pocas ocasiones en las que me apetece un sándwich o unas tostadas.

Supongo que debería cambiar de trabajo y encontrar uno en el que gane el doble, ya que todo lo sin gluten, ¡es carísimo! Esta semana lo he notado al ir a comprar algo para comer en la pausa de trabajo.

¿Crees que ahora verás las cosas diferentes y podrás ayudar más a esa persona cercana que come sin gluten?

Seguro que sí, en casa ya lo estoy practicando, ya que al ser dos, no tiene sentido cocinar por separado la pasta, tener dos tostadoras, etc.

¡Gracias Mònica por participar y contar tu semana sin gluten!

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MARÍA JOSÉ

María José, vive en Tarragona y trabaja de operaria de fábrica de pan con gluten. Tiene un hijo que es celíaco. Durante una semana quiso participar en la experiencia de comer SIN GLUTEN.

María José nos lo que fue comiendo cada día y su experiencia:

DÍA 1

Desayuno: café con leche con cereales.

Comida: pasta al pesto y una manzana.

Merienda: tostaditas de maíz con jamón york, kiwi y un yogur.

Cena: pescado a la plancha y dos petit suisse.

DÍA 2

Desayuno: café con leche con cereales.

Comida: lentejas con verduras y manzana.

Merienda: tostaditas con queso, kiwi y yogur.

Cena: sopa y yogur.

DÍA 3

Desayuno: café con leche y cereales.

Comida: ensalada de pasta y plátano.

Merienda: tostaditas con queso, kiwi y yogur.

Cena: hamburguesa y helado.

DÍA 4

Desayuno: café con leche y cereales.

Comida: consomé con pan (con gluten) y calamares plancha. Comí fuera y pequé sin saber que me pondrían sopa con pan 🙁

Cena: ensalada de queso de cabra y bistec a la plancha.

DÍA 5

Desayuno: café con leche y cereales.

Comida: arroz a la cubana y 2 petito suisse.

Merienda: manzana.

Cena: merluza rebozada (sin gluten) y naranja.

DÍA 6

Desayuno: zumo de naranja y café con leche.

Comida: garbanzos y kiwi.

Merienda: 2 yogures

Cena: pizza y naranja.

DÍA 7

Desayuno: café con leche y cereales.

Comida: ensalada y filetes de caballo y yogur.

Merienda: galletas y un vaso de leche con Nesquik.

Cena: ensalada y sopa.

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Me ha costado el pan, como a mi hijo y los dulces. Así he aprendido lo que a veces me dice Jesús, lo comprendo y seré más permisiva, cuando haya marcas que no le gusten.

La verdad es que comer sin gluten me ha hecho sentirme mejor y menos hinchada.

Ya comía cosas sin gluten, pero me he animado y comemos ya todos en casa muchas cosas sin gluten. Así veo que también Jesús está más animado.

¡Gracias María José por participar y contar tu semana sin gluten!

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MERITXELL

¿Te ha costado seguir la dieta? ¿En qué momento o momentos más?

Me he adaptado bien , los momentos mas difíciles son los fines de semana. Las comidas con los amigos.

¿Te ha ayudado alguien a saber qué cosas poder comer o no?

Internet y amigos.

¿Qué te ha llamado más la atención al tener que comer sin gluten?

La dificultad de encontrar restaurantes según la zona donde vives

¿Qué crees que debería cambiar si tuvieras que continuar comiendo sin gluten?

El habito y la persistencia.

¿Crees que ahora verás las cosas diferentes y podrás ayudar más a esa persona cercana que come sin gluten?

Es complicado ser celíaco, no puedes ir donde quieras sin pensar antes en las comidas y son excesivamente caros los productos.

¡Gracias Meritxell por contar tu experiencia!