ruleta rusa

 

 

(Hoy me han tocado la fibra  y me ha salido el rollo jaja).

No puedo comer de todo, en consecuencia no puedo hacer todo lo que quiero. (Sí ya lo sé, hay gente peor y todo eso pero el hambre lo pasa uno jajaja).

Sabéis que llevo la celiaquía muy bien, me paso el día inventando cosas para comer, buscando en supermercados y tiendas cosas aptas, cocino bien (toma florecilla pero es verdad jaja), tengo miles de recursos para no agobiarme. Pero… cuando piso la calle y tengo que viajar o comer fuera de casa la cosa cambia (y me entra un poco de hambre, mala leche y desesperación, porque las cosas ya no son tan fáciles).

Yo soy sintomática, eso quiere decir que si se me cuelan algo en un restaurante puedo acabar el día fatal (ya sabéis como). Todos los celíacos tenemos que comer bien, SIN GLUTEN y evitando el tema de la CONTAMINACIÓN CRUZADA. Pero las personas que si se cuela algo nos ponemos a morir, aún lo tenemos peor. Y da miedo y desconfianza salir, porque visto como está el panorama de desconocimiento en ciertas ciudades, establecimientos o de la gente en general, pues a veces salir es como jugar a la ruleta rusa.

Diréis que bestia… pero es así, cuando nos sentamos en un restaurante a comer, que salgamos bien de allí no está en nuestras manos. Porque hasta en los sitios que lo tienen controlado siempre se les puede pasar algo (y ojo que somos humanos, pero que la cosa no sea por un descuido y se por pasotismo o mala información, pues a mí me molesta, que queréis que os diga…). A mí una vez me fastidiaron unas vacaciones y nadie me devolvió el dinero. Pero te pueden fastidiar una semana normal y corriente, incluso ver que no te recuperas del todo durante días y días (con la consecuente mala leche y desconfianza que eso crea).

Y luego también está el caso de que te pones a morir como a mí me ocurrió en una pizzería y nadie hizo nada. Tuve que poner yo la queja correspondiente porque nadie se disculpó. Y que conste que yo quería volver a esa pizzería porque estaba riquísima, pero perdieron a una clienta y a todos mis amigos y familiares con los que iba. (Y la consecuente desconfianza en la asociación que me dijo que ellos no iban a sacarlos del libro por mi queja, cosa que yo no quería, yo lo que quería era que se aseguraran qué había pasado para evitarlo en otra ocasión y yo poder volver allí).

¿Y todo el rollo este a que viene? Pues que esta mañana me ha llegado un mail dónde me invitaban a participar en la cata de unos platos en las jornadas de una feria en mi tierra Educadamente les he contestado que no podía, por el tema gluten y contaminación, y porque temporalmente no como otras cosas. Y mi pregunta es: ¿estarían dispuestos varios restaurantes a adaptar sus platos para que yo pudiera comerlos? Ni se me ocurre proponerlo, porque seguramente me contestarían que me fuera a dar una vuelta, que ellos tanto trabajo por una persona no se pueden permitir, bla bla bla. Cosas como estas dan el bajón ese de “joo todo no lo puedo hacer por culpa de la celiaquía” (aunque yo creo que no lo puedo hacer porque la gente no nos tiene en cuenta y no piensa en nosotros).

Hace unos meses en la degustación de un postre típico en Tarragona, un poco más y tengo que dar las gracias de rodillas porque los celíacos teníamos nuestro trozo de postre (los comentarios desafortunados no contaminan pero duelen). Y encima seguro que contaminaron a la gente, porque la misma persona repartía el postre con gluten y el sin… Y así mil cosas que pasan y me cuentan (y que conste que también hay muchas de buenas).

En fin que la sociedad no está preparada para que podamos comer con tranquilidad en muchas partes, siempre tenemos que estar alerta. Queda mucho por hacer, pero que se vayan preparando porque cada día somos más. Que conste en acta que se están perdiendo a muchos clientes. DOY FE.